Fanfiction
basado en la serie de televisión Nikita. Tiene como protagonistas
principales a Alexandra Udinov y Owen Elliot/Sam, aunque el resto de
reparto también cuenta con protagonismo. La trama tiene lugar 8 meses
después del final de la 3ª temporada.
Podéis leer capítulos anteriores en:
CAPÍTULO 5 (FINAL)
Había pasado su primera semana de libertad. Alex se daba cuenta que aun no tenía muy claro cómo debía sentirse. Hacía una hora se había celebrado el sencillo enlace entre Nikita y Michael, al que habían acudido Birkhoff, Sonya, Ryan, Sam y ella. Había sido emotivo, Birkhoff y ella eran el padrino y madrina respectivamente y ahora todos se encontraban en la terraza de la casita donde se había celebrado el enlace tomando unas copas y charlando animadamente.
Alex se había levantado para estirar las piernas y había llegado
paseando hasta un pequeño puente que comunicaba una orilla del riachuelo con la
otra. La mayoría de árboles que se encontraban a su alrededor tenían las hojas
amarillentas, se notaba que el otoño estaba llegando. No sabía que iba a
ocurrir con sus vidas a partir de ahora, pero sí que tenía algunos asuntos
pensados. Por ejemplo, tras una charla con Michael sabía que el grupo iba a
permanecer unido durante un tiempo hasta que las heridas sanaran y la
normalidad volviera a sus vidas. No más misiones, pero sí tiempo para estar
juntos.
Ella era joven, así que tenía que pensar a qué se iba a dedicar a
partir de ahora y en qué invertiría el dinero que le quedaba. ONG’s y proyectos
dedicados a los niños más necesitados eran su principal idea, pero debía
pensarlo todavía más a fondo.
-Ha sido una bonita boda. Un día memorable.
Alexandra se sobresaltó. Estaba tan ensimismada en sus pensamientos
que no había oído llegar a Sam. Él se
colocó a su lado en el puente, mirándola fijamente.
-Los novios estaban radiantes. Aunque a decir verdad mi atención
estaba en otra parte. En estos ojos azules… -le dijo mientras le acariciaba la
mejilla con la mano.
Desde su última conversación en el balcón al amanecer, apenas habían
estado a solas. Alex sí que había pillado a Sam mirándola fijamente en contadas
ocasiones, pero hasta ese día no se había acercado a hablar con ella. Puede que
ella misma no hubiera sido del todo sincera con él aquel día, quizás tenía que
haberle explicado realmente porque ansiaba tenerlo cerca, como Owen o como Sam.
Pero después de varios años de sufrimiento y de constantes pérdidas, no se
sentía preparada para perderlo a él también.
-Estar con vosotros estos días me ha ayudado, mucho hasta Michael está
siendo amable conmigo –dijo intentando bromear.
Como vio que Alex no decía nada continuó hablando:
-Mira, sé que el otro día fui un poco brusco contigo. También me
querías ayudar y no debería haberme ido así, sin más.
-No tienes porque disculparte, has pasado por mucho y no soy quien
para presionarte.
Alex hizo ademán de irse, pero Sam la sujetó del brazo.
-Espera, no sé quién soy o quién he sido durante todo este tiempo.
Pero sí que tengo claro lo que soy cuando estoy contigo. Mis problemas siempre
han sido más llevaderos cuando estás a mí lado. Me ayudaste con el dinero,
hiciste una misión suicida para Amanda solo para que no me mataran y yo me he
comportado como un impresentable.
-Sam no tienes que…
-Déjame acabar. Esto no viene de ahora. Llevas en mi mente demasiado
tiempo. Hace un año, cuando te conocí sentí una conexión que había olvidado que
existía. Solo con Emily me había sentido así antes. Tú hiciste que Owen
avanzara, y has hecho lo mismo con Sam. Puede que Division nos haya hecho un
daño irreparable a los dos, pero sé que lo que venga a partir de ahora lo
quiero vivir cerca de ti.
Alex sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas. Ese era el
momento oportuno para confesarle que él también la había ayudado a ella a
superar pérdidas y a hacerse más fuerte como persona. Tenía que contarle que
también quería permanecer a su lado y ver qué les deparaba este futuro sin
Division a los dos.
Pero simplemente fue capaz de inclinarse hacia él y besarlo. Primero
despacio y luego más ávidamente. Él la sujetó por la cintura mientras que con
la otra mano le apartaba suavemente el pelo de la cara. Se separaron y Sam solo
fue capaz de susurrar:
-Alexandra…
Alex sintió como una corriente le sacudía interiormente y supo que
aquello que estaban haciendo era lo correcto. Era lo que ambos necesitaban. Lo
volvió a besar.
-Yo también te necesito a mi lado, Sam. Volvamos con los demás, juntos
–le dijo cogiéndole de la mano y empezando a caminar hacia la casa.
Sam tiró de ella y la levantó en volandas entre carcajadas. La besó en
la sien y dijo:
-Como usted mande, señorita Udinov.
Y juntos, caminaron por el sendero mientras los árboles dejaban caer a
su paso numerosas hojas amarillentas. Terminaban de empezar la misión más
importante de sus vidas, una misión que no tendría fin y mediante la cual pasarían
el resto de su vida el uno junto al otro.
FIN
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