Primero, perdón por la falta de entradas durante esta semana. No es que
haya dejado de leer, sino que no he tenido tiempo para ponerme cara al
ordenador y escribir -hay un trabajo de la universidad que me está consumiendo lentamente-, pero creedme que cuando digo que si que tengo
reseñas que traeros, aquí os dejo con la de esta novela, a ver que os
parece.
Título: Aguas Oscuras
Autora: Claudia Gray
Editorial: Montena
Nº páginas: 352
ISBN: 9788484418610
Sinopsis: La embarcación más lujosa de todos los tiempos, el Titanic, está a
punto de zarpar con destino a Nueva York. En él viajará Tess, una chica
de 18 años que trabaja como sirvienta y sueña con llegar a Estados
Unidos para empezar una nueva vida, y también Álec, un atractivo viajero
de primera clase, hijo de un poderoso magnate americano, por quien Tess
siente una atracción instantánea. En un viaje marcado por la fatalidad,
en el que los secretos más oscuros saldrán a la luz, Tess y Álec
deberán romper la maldición que les acecha incluso en las oscuras aguas
del Atlántico.
Esta novela tenía muchos puntos a favor para ser leída y otros tantos para no serlo. Al final me decidí a hacerlo, y el resultado ha sido algo intermedio: ni para ti, ni para mí. Me esperaba algo distinto, tanto para bien como para mal. Por una parte, tenía ganas de leer algo de Claudia Gray que no fuera la saga Medianoche -la cual leí hace ya un par de años de principio a fin-, además, me creaba curiosidad el hecho de que estuviera basada en la historia del Titanic mezclado con hombres lobo + historia de amor juvenil. Un punto en contra, era que justamente, la película basada en la desgracia del Titanic nunca me ha gustado. Así que lanzarme a leer algo sobre el tema me daba pánico.
Tess es una chica bastante sencilla que sirve a una familia adinerada -los Lisle- y que por ello acaba embarcada en el Titanic. La noche anterior al embarco, es atacada cuando está cumpliendo con un encargo para los Lisle por una especie de lobo, por lo que ya podemos adivinar cuál va a ser la otra trama de la novela, aparte de lo que todos sabemos ya que ocurre con buque. En el barco conoce a un joven llamado Alec con el que poco a poco comenzará a tener una relación más cercana, y al mismo tiempo inapropiada para una simple sirvienta. Tendremos oportunidad de conocer mejor a la familia Lisle: Doña Regina, Layton e Irene, y a otros compañeros de travesía de Tess, como Ned o Miriam. Tess tendrá que lidiar en tan solo unos días con bastante situaciones relacionadas con la inestable y llena de secretos familia a la que sirve, los problemas de Alec con cierto asunto lobuno y sobre todo, con la gran catástrofe que se les viene encima.
En teoría, y tratándose de una novela basada en una catástrofe, esperaba encontrar más momentos de tensión o tragedia. Por eso mi pensamiento mientras iba leyendo era el mismo: ¿Cuándo se van a chocar con el iceberg? Esperaba algo que luego ha sucedido de forma muy rápida y escueta. La parte positiva de esto es que, ya que la historia narra muy brevemente el hundimiento, el resto del libro no se centra solo en el romance entre Alec y Tess, sino que cuenta la trama de Alec contra la Hermandad o los problemas de los Lisle, como ya he explicado más arriba. No penséis que hubiera disfrutado de haber tenido más escenas sobre la tragedia, pero vamos, prácticamente era lo que esperaba.
La forma de narrar de Claudia Gray me ha parecido muy correcta, tal y como la recordaba de sus anteriores novelas. El argumento es original y la causa de que haya terminado leyendo este libro. No obstante, las pegas que destacaré ahora hacen que no se pueda llevar una puntuación muy alta. Repito, la novela no está mal: argumento original, buena narración, personajes muy distintos y diversidad de tramas.
Pero la última parte de la historia sucede precipitadamente y en las últimas páginas la autora nos prepara una sorpresita que supongo que puede gustar, pero que a mi me ha parecido muy descabellada. y que quita credibilidad. La siguiente novela que leeré dentro de un tiempo de esta autora, será Balthazar, así que, ¡a ver que tal!