¡OJO CON SPOILERS!
Los Adams-Foster volvieron después de Navidad con otra tanda de episodios donde muestran que los problemas, en familia, siempre se llevan de otra manera diferente. Stef y Lena tendrán que lidiar con sus primeros problemas como matrimonio, mientras que ven como sus hijos, en plena adolescencia toman decisiones, no siempre acertadas.
Por ir analizando uno por uno los frentes que se han tratado esta temporada, empezaré por Brandom. Tras perder sensibilidad en una mano, se ve obligado a redirigir su pasión por la música: deja de tocar clásica para pasarse a algo más modernillo. De hecho, yo creo que le ha ido bien verlo relacionarse con gente de su edad (no solo Callie). Eso sí, el chico es el Fran Perea americano. Por las canciones, las caras que pone, su amor en secreto por Callie (aunque sigan sin estar juntos es muy obvio todo).
¿Y qué ha pasado con Callie? Resulta que sigue sin poder ser adoptada. Tras encontrar a su padre biológico, este se ha interesado mucho en ella, hasta tal punto que quiere que forme parte de su familia. Hemos conocido a la hermanastra de Callie, a la cual se parece un montón, y que no es otra que la actriz que hace de Snow de joven en OUAT, sí, esa niña (buena actriz, pero repelente un rato).
Callie al final podrá ser adoptada por las Foster, pero ha tenido que sufrir dos temporadas para ello. La decisión de Robert Quinn, al final ha sido la mejor para su hija, y con ello creo que lo mejor es que Callie ha conseguido que dos familias estables se preocupen por ella.
Jesús ha ido perdiendo puntos esta temporada tras la jugarreta que le hace a mi adorable Emma, luego ha tenido tramas que no me han emocionado especialmente… que difícil ha sido soportar a Hayley. El actor ha anunciado que no estará en la 3ª temporada. Para la salida de su personaje hay ahora mismo dos opciones: que finalmente se marche al internado al que quería ir o que él sea la persona fallecida en el accidente de coche.
Sinceramente, apuesto por lo primero, ya que sería muy heavy que hubiera muerto en el accidente… Mariana y Ana creo que estarán fuera de peligro también. Así que el muerto tiene que ser el conductor del otro vehículo, ¿no?
Mariana en cambio ha tenido una trama más acertada… mientras que en la primera parte de la temporada se preocupaba por verse aceptada en el grupo de baile (tintándose incluso el pelo de un horroroso rubio), en la segunda se ha sabido “querer” tal y como es, y ha conseguido superar a aquellos que tan mal la habían tratado.
El tema de los equipos de baile y las coreografías ha estado muy entretenido. Además, daba gusto verlos bailar a todos (sí, soy una Callie de la vida). El gran espectáculo que montó Mariana con el ordenador en apenas una tarde (a ver quién se cree eso), estuvo realmente increíble…les supo dar en las narices a Hayley y a la otra pesada.
Por último, tenemos al pequeño Jude. Esta temporada ha versado en su mayoría sobre la sexualidad del chico. Durante toda la serie ha sido un tema que ha estado ahí, pero que no ha sido hasta casi el final de la temporada cuando verdaderamente se ha sabido si Jude era o no homosexual, o incluso si Connor lo era.
Jude es un encanto de niño y aunque lo haya llevado todo en silencio, sin compartirlo con nadie, no se merece para nada lo que Connor le ha estado haciendo al jugar a dos bandas delante de él. Tampoco sé predecir qué va a pasar ahora… ¿seguirá Connor en Anchor Beach?
Por último, Stef y Lena, las reinas de la comunicación, han ido viendo como poco a poco empiezan a sufrir desencantos la una con la otra. Decisiones precipitadas, la pérdida de Frankie, el acercamiento de Lena con la nueva profesora, la decisión de adoptar al bebe de Ana… Una crisis de pareja es casi normal en una serie de tv, pero espero que ellas la sepan superar, por el bien de todos.
Y esto ha sido lo que los personajes han tenido que vivir esta temporada, ¿Qué nos deparará la próxima? Ya tengo ganas de saberlo.
¿Vosotros que opináis? ¡Os leo!