24 nov 2013

Fanfiction en serie: Nikita (This is your reward - Capítulo 1)

¡Nueva sección! Bueno, a decir verdad hace tiempo ya colgué algún fanfiction en el blog, pero no es una "actividad" muy común así que a muchos os puede pillar por sorpresa. :)
Estaba hoy casi terminando el fic cuando he pensado, ¿y por qué no lo subo? Quizás hay algún fan de la serie que me lee y le apetece leérselo, why not? 
Además, si veo que esta sección tiene futuro quizás me anime a colgar otros fics que tengo guardados desde hace tiempo :P.  

Fanfiction basado en la serie de televisión Nikita. Tiene como protagonistas principales a Alexandra Udinov y Owen Elliot/Sam, aunque el resto de reparto también cuenta con protagonismo. La trama tiene lugar 8 meses después del final de la 3ª temporada.

Esta historia nace a partir de una serie de ideas que me fueron surgiendo poco a poco durante el verano. Y que ahora por fin puedo poner por escrito. 
¡Espero que los que seguís la serie disfrutéis del relato!



This is your reward - Capítulo 1

Habían pasado ocho meses. Ocho tediosos meses en los que Alex se sentía más perdida que nunca. Con su dinero había logrado alquilar una apartada casa de campo, un par de coches, armamento y ordenadores de última generación. Michael, Sonya, Birkhoff, Ryan y ella continuaban juntos haciendo todo lo posible por desmantelar el paripé de Amanda y así poder salvar a Nikita.

Durante este tiempo la habían visto en un par de ocasiones en algún enfrentamiento. Amanda y el gobierno iban tras ella, y ellos simplemente se dedicaban a intentar protegerla siempre que podían. Michael lo estaba pasando francamente mal. Cada madrugada, se sentaba durante horas en el porche de la casa, mirando a la nada y sin poder dormir. Era entonces cuando Alex salía con una taza de leche y se la ofrecía mientras le hablaba de cosas sin importancia, para intentar relajarlo.

-¿Te puedes creer que Birkhoff ha conseguido pasarse hoy el nuevo juego que han sacado de Star Wars? – le comentaba esa misma noche. Al ver que Michael simplemente daba un pequeño sorbo al vaso y no le contestaba, insistió- Apenas le ha costado un día, ¡un día! Digo yo que al menos podía haber descansado un poco y haber lavado los platos, hoy le tocaba a él… Además, he intentado robarle uno de los mandos para probar y no me ha dejado. El muy…

Michael dejó el vaso en uno de los escalones y sonrió levemente.

-Siempre puedes probar ahora que está dormido.
-Creo que eso lo haría despertar en el acto, tiene un sensor personal para cuidar de sus cosas –dijo ella sentándose finalmente a su lado y tocándole un hombro con suavidad. – Michael, deberías entrar e intentar dormir. Ella….estará bien.
-Está bien que alguno de nosotros todavía mantenga la esperanza, y me alegro que seas tú. Pero lleva un par de semanas dar señales de vida y Birkhoff tampoco consigue localizarla. Está totalmente fuera del radar, quién sabe si Amanda ya la ha capturado.

Al verlo tan afligido Alex estuvo a punto de contarle la verdad: Nikita se había reunido la semana anterior con ella. Alex había proporcionado a su amiga y mentora una mochila con dinero suficiente para subsistir durante unos meses. Ambas mantenían contacto por móvil, aunque fuera en contadas ocasiones. Así Nikita sabía siempre cómo estaban sus compañeros, y Alex la ayudaba como podía para que nadie descubriera donde se encontraba escondida. Puede que estar manteniendo este secreto a sus propios amigos fuera contraproducente, pero es lo que habían acordado.

En ese momento Alex recibió un sms. Miró la pantalla del móvil y comprobó que provenía de un número que desconocía.

-¿No vas a leerlo? –preguntó Michael curioso. Era raro que Alex recibiera mensajes, cuando todos sus amigos estaban dentro de la casa y más siendo las 3 de la mañana.
-Sí, claro… -Alex apretó el botón de “abrir” y leyó hasta tres veces el mensaje. ¡Vaya! Esto sí que no se lo esperaba. –Es…el conserje de la oficina. Dice que me he olvidado hoy el paraguas cuando he acudido a la reunión. Me pregunta si quiero quedar con él mañana para que me lo devuelva.

Guardó el móvil en el bolsillo de la sudadera y miró a Michael. ¡Lo sabía! Ya la estaba observando de nuevo con esa sonrisilla condescendiente y los ojos levemente entornados.

-Y, ¿vas a quedar? –preguntó. Ahora era él el que la cogía por los hombros y la acercaba hacia su cuerpo amigablemente.
-Por mí se puede quedar el paraguas.
-Alex…
-No sigas, yo… no estoy preparada para “eso” –lo miró y se percató que en cuestión de segundos sus ojos se estaban empañando de lágrimas. Parpadeó y gesticuló hasta que las pudo esconder.

Michael se dio cuenta que la conversación de esa noche ya había finalizado. Se levantó tendiéndole la mano a su amiga y esta se incorporó con él.

-Sabes, puede que yo sí que le coja un rato el juego a Birkhoff, me apetece destrozar algunos Sith. ¿Te apuntas?
-Ve tú, anda. Yo me voy a dormir –dijo bostezando –ha sido un día duro.

Michael le dio un beso en la frente y ambos se metieron dentro de la casa.


~ ~ ~

Ya en su habitación, Alex volvió a releer el mensaje.

Te necesito. Nos vemos dentro de una hora en el viejo molino. Trae 20 de los grandes. Sam

¿Sam? ¿En serio? Un montón de emociones la envolvieron y empezó a temblar. Tuvo que sentarse en la cama y recogerse el pelo en una coleta para poder pensar. Llevaba mucho tiempo sin saber nada de Owen o Sam, como se hacía llamar ahora. Le tenía un gran aprecio y siempre tuvo la esperanza de poder ayudarlo. Y ahora él la necesitaba. ¿Qué es lo que se supone que debía hacer?

El viejo molino estaba a unos 20 minutos de donde ellos vivían. ¿Cómo había logrado averiguarlo? ¿Lo sabría alguien más? No se lo podía decir a Michael ni a ninguno de los demás, puesto que no guardaban un recuerdo muy cariñoso de él. Estaba sola en esto, y debía decidir en menos de 5 minutos si acudía a la cita o no.

~ ~ ~

Media hora después se encontraba ya en el viejo molino. Iba cargada con una mochila, y una  pistola en el cinturón. Tenía que ser precavida.

<<Si realmente fuera precavida, me habría quedado en casa>> -pensó mientras miraba a su alrededor y esperaba.

El molino estaba en una gran explanada, por lo que tenía que ver a cualquiera que se acercara. La luna estaba fuera así que no hacía falta usar linternas. Reinaba el más absoluto silencio, hasta que de repente se empezó a escuchar el ruido de un motor.

Una moto iba hacia donde ella se encontraba. Alex estaba segura de que el conductor superaba los límites de velocidad con creces.  El motorista frenó suavemente a tan solo unos centímetros de ella y se levantó la visera del casco.

-Alexandra.

Fue un leve susurro, apenas se le escuchó. Pero a Alex no le hizo falta nada más, su cuerpo volvió a reaccionar de la forma en que lo había hecho en su habitación. Alterada, se alejó dos pasos, intentando aparentar que lo hacía con la intención de dejarle espacio para que bajara de la moto.

Sam se quitó el casco, sacudiendo levemente la cabeza. Le había crecido el pelo y lo llevaba alborotado por el viaje. El resto continuaba siendo tal y como lo recordaba Alex: un tipo fuerte con mirada intimidatoria. Bajó de la moto y dejó el casco apoyado en el asiento. Las facciones de su rostro se relajaron un poco cuando sus ojos se posaron en ella, observándola de arriba abajo.

Ambos estuvieron unos segundos, que a Alex le parecieron eternos, sin decir nada. Al final, él volvió a romper el hielo.

-No sabía si ibas a venir.

Alex lo miró con recelo. Con una mano se quitó la mochila que llevaba a los hombros y la tiró al suelo, cerca de la moto. La otra mano se fue instintivamente hacia su cinturón.

-Me pediste ayuda, no podía decirte que no.
-¿Por qué? –la miraba ahora con curiosidad. Apenas le había hecho caso a la mochila, puesto que no podía apartar la vista de la joven.


-No preguntes. Si estás bien, y no necesitas nada más, coge la mochila y vete –tenía que tomar las riendas de la conversación como fuera. No quería tardar mucho en volver a la casa, ni arriesgarse a que alguno de sus amigos la echara en falta.
-¿Ya quieres que nos despidamos? Pensaba que te apetecería que te diera una vuelta en mi nueva adquisición –dijo pícaramente señalando con la cabeza la moto en la que había venido.

Eso sí que no se lo esperaba. El mensaje recibido una hora antes había llegado incluso a asustarla. Creía que Sam estaba en problemas de verdad. Y quería ayudarlo a toda costa, porque al fin y al cabo, eso es lo que se hace con los amigos, ¿no? Su indignación disminuyó y decidió seguir con aquella conversación de locos, ya que necesitaba averiguar si realmente le ocurría algo. Sam era mucho más hermético que Owen, y a Alex le costaba entenderlo, aunque lo intentaba.

Un coche pasó por la carretera y ambos callaron hasta que las luces del vehículo se perdieron en la noche.

-¿Necesitas 20 de los grandes para pagar ese cacharro?
-Eso no es de lo que estamos hablando, preciosidad.

Alex recordó que la última vez que se vieron, él también la llamó así. Sam también pareció recordar, ya que le comentó:

-Aquel día me ofreciste hasta dos millones –sonrió y se acercó un poco más ella –de todas formas te informo, mi cacharrito ya está pagado. El dinero ahora lo necesito para intentar establecerme en otro lugar, creo que es lo mejor para mí.
-¿Huyes? –Alex no pudo evitar formular esa pregunta.
-Yo no estoy huyendo de nada. Y la razón principal es porque no tengo nada aquí por lo que quedarme y mucho menos por lo que huir –sus palabras sonaron algo duras, pero pareció darse cuenta e intentó utilizar un tono más distendido- Muchas gracias por venir. Me costó localizarte y por suerte todavía recordaba tu número. No estaba seguro de que fueras a acudir, pero tenía que intentarlo. Además de por el dinero, necesitaba verte, a ti.

La conversación había tomado un rumbo mucho más intenso. Alex tragó saliva mientras pensaba bien sus siguientes palabras.

-¿Qué quieres decir?

Sam la miraba fijamente, y por un momento pudo ver un rastro de duda en su rostro. Lo notó contrariado, como si no fuera él el que realmente hubiera dicho esas palabras, sino… Owen.

-Sam, no tienes que irte, vuelve con nosotros y ayúdanos a acabar con Amanda, juntos podemos…

Alex no tuvo tiempo de terminar, ya que antes de que eso ocurriera Sam se lanzó contra ella y cayeron los dos al suelo de forma estrepitosa. Se oyeron tres disparos seguidos, provenientes de un lateral del molino. Se arrastraron corriendo hacia el otro lateral para evitar que alguna bala les impactara. Alex tropezó y Sam la agarró fuertemente del brazo mientras la colocaba detrás de él. Ambos llevaban ya sus pistolas en la mano.

Al tratarse de un edificio circular, los enemigos podían provenir de ambas partes. Por el momento volvía a reinar el silencio, y Alex solo podía oír las respiraciones agitadas de ambos.


-Alex, ¿Cómo has llegado hasta aquí?
-Caminando –susurró ella.
-Entonces tenemos que lograr subir en moto, intentar que no nos alcance ningún disparo y salir de aquí. Voy a contar hasta tres: una, dos…
-Es una locura, hay que pelear, ¡Sam!
-¡Tres!

Sin hacerle caso, Sam salió corriendo con Alex de la mano mientras ambos se giraban a lanzar tiros medio a ciegas. Alex notó como una bala pasaba rozándole el hombro y maldijo en voz alta. Antes de que llegaran a la moto, aparecieron 6 hombres. Dos de ellos cayeron inmediatamente gracias a dos disparos certeros de Sam, pero no pudieron evitar que los otros 4 se acercaran y los desarmaran con gran facilidad.

Alex logró amainar sus nervios y empezó a soltar patadas a sus dos atacantes. La ganaban en fuerza y altura, pero no podía dejarse vencer. Sam intentaba lo mismo contra sus dos oponentes, y de hecho había dejado a uno fuerza de combate. Agarró al otro por el brazo, retorciéndoselo hasta dejarlo inmóvil y luego le atizó un rodillazo en la cara. El hombre cayó al suelo inconsciente. Sam se disponía a ayudar a Alex, ya que estaban consiguiendo inmovilizarla, cuando detrás de él, escuchó:

-Vaya, vaya… Creía que esto iba a resultar mucho más complicado.

Se giró al reconocer la voz, y recibió un disparo en el brazo izquierdo. Gritó de dolor, pero continuó firme ante ella. Amanda.

Alex había dejado de forcejear y el tipo que la sostenía la acercó de malas maneras hacia la escena.

<<Ya está. Este es el fin>> -pensó aterrorizada.

-Princesita, ¿no te han dicho tus amigos que no vayas sola por la noche? Esperaba que tomaras decisiones más inteligentes, Alexandra.

Esta no contestó. No tenía nada que decirle. Estaba preparada para aquello que Amanda le fuera a hacer, simplemente no quería demostrar miedo ante ella. Siempre que Amanda había estado de por medio, alguien había resultado herido o había muerto. Simplemente ahora debía mantenerse fuerte. Amanda hizo un gesto con la mano, y Alex empezó a notar que le faltaba el aire. Aquel tipo la estaba estrangulando. Instintivamente empezó a dar patadas y a intentar quitarse aquel brazo gigante del cuello mientras por su boca apenas salía un balbuceo.

Sam se acercó corriendo, completamente empapado de sangre y le asestó un navajazo en el costado. El hombre se tambaleó hacia atrás y él aprovechó para darle otro en el estómago. Alex cayó al suelo con lágrimas en los ojos, el aire volvió a ella y sintió que estaba a punto de desmayarse. Entonces oyó otro tiro y tuvo que obligarse a abrir los ojos para ver que estaba sucediendo.

Sam cayó a su lado, entre gritos agónicos. Y ella se acercó gateando hasta que pudo sostener su cabeza en el regazo. Había recibido otro tiro, esta vez en la pierna derecha.

-Alex…
-Shhh –dijo mientras lo mecía –Todo va a ir bien, no te voy a dejar.
-Coge la moto, vete…

Amanda se había acercado hasta ellos. Estaba a tan solo dos pasos de Alex.

-Muy tiernos.

Entonces estiró su brazo y depositó una inyección en el cuello de Alex. Esta notó que la vista se le volvía a nublar y pronto cayó inconsciente encima de Sam. Y así, al verlos abrazados de esta forma, Amanda supo que había vuelto a ganar otra pequeña batalla, y que al mismo tiempo, esta era detonante para emprender nuevas acciones contra Nikita.

Otros cuatro hombres se acercaron y cargaron con sus nuevos rehenes hasta dos furgonetas.  

Continuará.... 

2 comentarios:

  1. Tengo pendiente ver la serie así que, cuando me ponga al día con ella, le echaré un vistazo al fanfiction ;)

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    1. Claro, cuando quieras :D Si has visto la tercera temporada entera lo puedes leer sin miedo a spoilers (ya que está escrito antes del comienzo de la cuarta). Y sobre todo si te gustan Owen y Alex, que van a ser los personajes que más aparezcan ^^

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